Los Alcázares de Santa María

Canal de la Mancha, 7

08197 Valldoreix - BARCELONA - ESPAÑA

Telf. 93 674 42 49 - losalcazares-es@hsmcj.org

 

Reseña Histórica

  • FECHA DE FUNDACIÓN

Nuestra Madre María de Jesús Velarde, inspirada por Dios, ideó esta Casa de “Los Alcázares” situada en la parte más occidental de la finca del Colegio “El Pinar”, al extremo del primer campo de juego. Se construyó a finales del año 1971, inaugurándose el último día de este año, 31 de diciembre.

La Comunidad de “Los Alcázares”, lo forman actualmente 17 Hermanas. Algunas de ellas, participan en las actividades docentes y pastorales del Colegio. Y todas, con su oración y sacrificio, ayudan a que “El Pinar” nunca deje de tener el tesoro de altos y nobles ideales, expresados en el Ideario que le dio su Fundadora. De esta forma, estas Hermanas son apoyo, testimonio de perseverancia y estímulo para las Hermanas jóvenes y para los propios alumnos; y sin duda, una fuente de gracias para la Comunidad, el Instituto y la Iglesia.

  • NOMBRE

Fue su misma Fundadora, la que le puso este nombre: “ALCÁZARES de SANTA MARÍA”. Quiso que su edificación externa recordara a los castillos medievales y que sus moradoras fueran almas fuertes, con miras altas y profunda espiritualidad.

La presencia de nuestra Madre María de Jesús, durante los primeros 18 años de historia de “Los Alcázares”, fue de gran importancia. Ponía mucho entusiasmo en todo lo que hacía y lo transmitía con mucha fuerza a sus Hermanas. Desde este rincón, tan querido por ella, se fraguaron en su corazón muchas y grandes cosas para el Instituto y para la Iglesia.

  • CASA DE FORMACIÓN

Esta casa, desde su fundación en 1971, hasta 1989, fue Noviciado y posteriormente, Juniorado hasta 1996.

  • MISIÓN ACTUAL DE LOS ALCÁZARES

A partir de este año 1996, la historia de “Los Alcázares”, es una historia sencilla y escondida como la de Nazaret. Fue destinada a una NUEVA MISIÓN: acoger en sus recintos a Hermanas mayores y delicadas de salud.

Desea la Madre María de Jesús, que estas Hermanas vivan en una casa de paz y tranquilidad, que les sirva para descanso y renovación espiritual, en la que puedan seguir disfrutando del don de la vida comunitaria, hasta el fin de sus días.

En ella, las hermanas disponen de más tiempo de oración, para profundizar en el Carisma y Espiritualidad del Instituto y pasar largos ratos ante el Santísimo.